Dear Friends in Christ,
Jesus Christ is Our Lord! “To Him was given all power, honor and the Kingdom.” We believe that He is the incarnate Son of God in Jesus of Nazareth; He is a brother that has been glorified; He is the Word of God who has saved us; He is the One who died and rose from the dead. Christ has come to this world to be the “Witness of the Truth.” The Feast of Christ King is the golden clasp of the liturgical year, for it binds every Christian to fight to establish His Kingdom in our own heart, in society, and in the entire world.
Today we close the liturgical year, and the Church invites us to concentrate all our mind and our heart in the One, who is the center of our faith, the principle and the end of all, Jesus Christ - Our Lord. Today we want to proclaim Jesus as our King, as that infinite God-Man who condenses in Himself all the aspirations of all humanity.
In our Christian life, Christ the King exercises His dominion: over our intelligence - through our faith, over our heart - through His love, over our will and our life - in submission to his Will. He is the Alpha and the Omega of everything that we think, of everything that we love and of all that we are. A question cuts through history for all humanity: Who am I for you?
We are called to be witnesses of the Truth, to be a brightness in humanity for Jesus. The Truth, that is God, shines for all of us, although many do not see it for their eyes are on the world. Today we celebrate the Feast of Christ the King in humility and in simplicity; we celebrate it in the silence of a generous love, completely given over to the service of humanity. Our King comes from Heaven: He is the triumph of love over hatred, of humility over pride, of brotherly service over false attachments.
The Christian should be ardently in love with the Kingdom. Impassioned in the fight to show mankind how to live with truth and a full life, with more holiness and grace, with more justice, love and peace. “God does not give us impossible tasks, but upon giving us what He gives, He invites us to do what we are able to do, then He asks us to do what we are not able to do, and He helps us to be able to do so,” as is well stated by St. Augustine.
All the best…in Christ, Father Wilson
Queridos amigos en Cristo,
¡Jesucristo es nuestro Señor! “A Él se le dio todo poder, honor y el Reino”. Creemos que Él es el Hijo de Dios encarnado en Jesús de Nazaret; Él es un hermano que ha sido glorificado; Él es la Palabra de Dios que nos ha salvado; Él es Aquel que murió y resucitó de entre los muertos. Cristo ha venido a este mundo para ser el “Testigo de la Verdad”. La Fiesta de Cristo Rey es el broche de oro del año litúrgico, pues compromete a todo cristiano a luchar por establecer su Reino en nuestro propio corazón, en la sociedad y en el mundo entero.
Hoy cerramos el año litúrgico y la Iglesia nos invita a concentrar toda nuestra mente y nuestro corazón en Aquel que es el centro de nuestra fe, el principio y el fin de todo, Jesucristo, nuestro Señor. Hoy queremos proclamar a Jesús como nuestro Rey, como aquel Dios-Hombre infinito que condensa en Sí todas las aspiraciones de toda la humanidad.
En nuestra vida cristiana, Cristo Rey ejerce su dominio: sobre nuestra inteligencia -a través de nuestra fe; sobre nuestro corazón - a través de su amor; sobre nuestra voluntad y nuestra vida - en sumisión a su Voluntad. Él es el Alfa y la Omega de todo lo que pensamos, de todo lo que amamos y de todo lo que somos. Una pregunta atraviesa la historia de toda la humanidad: ¿Quién soy yo para ti?
Estamos llamados a ser testigos de la Verdad, a ser resplandor en la humanidad para Jesús. La Verdad, que es Dios, resplandece para todos nosotros, aunque muchos no la vean porque tienen los ojos puestos en el mundo. Hoy celebramos la fiesta de Cristo Rey en la humildad y en la sencillez; la celebramos en el silencio de un amor generoso, entregado totalmente al servicio de la humanidad. Nuestro Rey viene del Cielo: Él es el triunfo del amor sobre el odio, de la humildad sobre el orgullo, del servicio fraterno sobre los falsos apegos.
El cristiano debe estar ardientemente enamorado del Reino. Apasionado en la lucha por mostrar a la humanidad cómo vivir con verdad y vida plena, con más santidad y gracia, con más justicia, amor y paz. “Dios no nos da tareas imposibles, sino que al darnos lo que nos da, nos invita a hacer lo que somos capaces, luego nos pide que hagamos lo que no somos capaces y nos ayuda a poder hacerlo”, como bien afirma San Agustín.
Todo lo mejor…en Cristo, Padre Wilson
BACK TO LIST